UN MAR DE PINOS Y OLIVARES

Estáis los cuatro pueblos sumergidos
en ese mar de pinos y olivares
que lleva la alegría a vuestros hogares
cuando llegan los bienes merecidos.

Estáis por la Fuensanta protegidos
y el aceite que sale en los lagares
se pone a la Patrona en los altares
pues la adoráis como los bien nacidos.

El árbol de la diosa Atenea
os da su fruto y sombra todo el año
y el paisaje parece un paraíso.

De Las Villas os llega hasta la aldea
el aire puro y fresco, como antaño,
porque Dios, el Creador, así lo quiso.