LAS GENTES DE LAS VILLAS
Esta comarca, donde Dios habita,
poblada de pinos y olivares,
convino con Jesús en una cita
hacerla de Jaén la más bonita
con parajes y parques singulares.
Son pueblos que una Virgen los hermana:
Villanueva, que fue La Moraleja;
Sorihuela, belleza en porcelana;
Villacarrillo, el sol de la mañana,
e Iznatoraf, la historia más añeja.
Cuatro pueblos que van de romería
adorando con fe a la Fuensanta
y que juntos, rezando todo el día,
expresan a la Virgen su alegría
por reunirlos junto a la fuente santa.
Los hombres y mujeres de estas villas
heredaron la fe de sus mayores
y estas gentes, nobles y sencillas,
van echando en el surco las semillas
y que surja el Amor de los Amores.
Y van al Santuario caminando
a ofrecer a la Virgen sus cosechas;
se postran de rodillas suplicando
que vuelvan los que fueron emigrando,
que se están escuchando sus endechas.
Que tienen en Las Villas sus raíces
y estás en sus retinas los olivos.
Retórnalos, Señor, y los bendices
que aquí serán maestros, no aprendices,
y quieren regresar por dos motivos:
Porque son jiennenses y andaluces
y desean enterrar los sufrimientos
de unos tiempos de sombras y de luces
que quieren olvidar, sin que haya cruces,
ni haya calvarios ni resentimientos.
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