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[ ESTUDIOS DE ] D. ANTONIO TAVIRA Y ALMAZÁN

Es un atrevimiento tratar de entrar en la figura de personas que ocupan un lugar destacado en su ámbito de actividad y cuya influencia se extiende no sólo a su tiempo, sino que lo trasciende. Esto es lo que ocurre con don Antonio Tavira Almazán, ese hijo de Iznatoraf de quien se dijo que “fue la figura cumbre de la Iglesia en España, honor de la Nación Española, honor del mundo de las letras”, “sus eminentes virtudes, sus talentos literarios y su discernimiento exquisito lo hicieron el adorno de la Iglesia de España durante los reinados de Carlos III y de Carlos IV”. Valga otra cita: “Los gobernantes le consultan muchas veces sobre las materias de la mayor importancia, y sus opiniones merecieron la aprobación de hombres distinguidos al mismo tiempo que sus sermones han pasado por los mejores de su siglo”.

El momento histórico que le tocó vivir no puede calificarse como tranquilo, ni en el aspecto religioso, ni en el social, ni en el político, y en ambos tuvo que desenvolverse nuestro ilustre paisano, dejando en ellos huella de su inteligencia, preparación, recto juicio y visión de futuro. Pertenece a esa clase de hombres de la Iglesia a quienes preocupó muy seriamente no sólo la situación eclesial y la necesidad de una renovación, sino que también le interesaba profundamente el aspecto social y muchas de cuyas ideas no sólo serían válidas en su tiempo, sino que, trasladadas al presente, continuarían teniendo plena vigencia.

Me mueve a presentar este trabajo sobre el Obispo Tavira la idea de intentar extender un poco más su conocimiento entre sus paisanos, recordando aquello que dice Vicente Oya en las IV Jornadas de que Tavira, uno de los hijos más ilustres de la provincia de Jaén, era poco conocido. Si consigo interesar a alguien, con ello, me daré por satisfecho.

Me limitaré en este trabajo a hablar algo de su familia por línea paterna y hacer un ligero recorrido por su vida como estudiante, dejando para otras posibles ocasiones algunos otros aspectos de su vida.

<retrato del Obispo Tavira
Retrato del Obispo Tavira

DESARROLLO

Dos lugares parecen disputarse el origen del apellido Tavira en España: Tavira (Portugal) y Durango. Aderito Fernández Vaz, en su libro Toponimia tavirense na Península Ibérica no contexto europeo e outros continentes, elabora una teoría según la cual el topónimo Tavira procede de una palabra común en el ámbito europeo en que permanecieran pueblos de tiempos remotos, y que podría ser explicado por la lengua alemana, y hace referencia a tres tierras con un topónimo común, concluyendo que fue adoptado por los árabes de pueblos anteriores, afirmando en la página 55 que no se podrá discutir que Tavira es un topónimo del que el primer conocimiento se da en el dominio árabe del Algarbe. Otros opinan que procede de Tavira, hoy Durango, que, fundada en 1180, adoptó el nombre de Villanueva de Tavira entre los siglos XIV y XVII. Ambas teorías tienen en común asignar un origen europeo, aunque la segunda concreta que Tavira es de origen francés, y Joël Saugnieux dice que los primeros representantes de esta familia se establecieron en Vizcaya, concretamente en Durango, basándose –para hacer esta afirmación- en la Enciclopedia Heráldica y Genealógica Hispanoamericana de García Carraffa. Desde aquí pasarían a Portugal, Extremadura, Madrid, Galicia y Andalucía.

Otra controversia suscita este profesor portugués. San Antonio de Padua (1195 – 1231) fue hijo de don Martín de Buillón, Gobernador de Lisboa, y de su esposa doña María Teresa de Tavira, la cual, nacida en Portugal y de padre portugués, tuvo por madre a una señora natural del Duranguesado. Dice Aderito Fernández que “esta teoría no tiene fundamento” ya que la madre de San Antonio fue María Teresa Taveira. Se añade una “e” y no se dan razones ni se fundamenta la postura.

Dejando aparte esas anécdotas, y por lo que a nosotros afecta, hay que señalar que este autor, a la hora de significar las personas importantes que en España llevan el apellido Tavira, cita sólo dos nombres: Salvador Ricardo de Tavira y Acosta, Marqués de Salas y Caballero dela Orden de Santiago y “Antonio Tavira también Cavaliero da Ordem de Santiago a mais tarde bispo das Canarias”.

Ignoro si alguien habrá sentido la curiosidad de hacerlo anteriormente. Yo sí he tenido la de pretender hacer un seguimiento de los ascendientes en Iznatoraf de este Obispo, acudiendo para ello al Archivo Parroquial, y siendo consciente de que se producirán numerosas lagunas por limitarme a los libros parroquiales del citado Archivo. Haber intentado cubrir estas lagunas habría resultado completamente imposible, ya que hubiera necesitado acudir a otros Archivos que, por desgracia, han desaparecido, o, en caso de existir, hubieran exigido numerosos desplazamientos y consultas.

Los primeros interrogantes que cabe plantearse son de dónde procede el apellido Tavira que se implanta en Iznatoraf y cuándo se produce tal implantación. ¿Viene de alguna expansión del norte de España?, ¿de algún lugar en que ya estuviesen establecidos? Lo cierto es que acudiendo a los libros de bautismos de Iznatoraf –los que antes se establecen- encontramos la primera de las inscripciones en que se da el apellido: es la de Antón (30-01-1557, L 1º, f 16v), hijo de Antón de Tavira y Melchora Ruiz. Poco después se hará lo mismo con Pedro (viernes, 05-06-1556, L 1, f 53v), hijo de Pedro Tavira y Marina González. ¿Eran hermanos o familiares próximos los padres de ambos? Sin duda había algún tipo de lazo entre las dos familias, y éste de muy estrecha relación, como lo prueba el hecho de que Marina sea madrina de ocho de los nueve hijos de Antón y Melchora. Por otra parte ocurre algo extraño en las dos inscripciones, ya que el bautismo de Pedro está bastantes folios después que el de Antón y, sin embargo, se produce algunos meses antes.

Al no existir datos de mayor antigüedad ignoramos si el apellido llevaba algún tiempo en Iznatoraf o acababa de llegar, aunque, a partir de los citados, se multiplica con rapidez, de manera que los descendientes de ambos matromonios a quienes se pone el apellido en el resto del siglo XVI es de diecinueve varones y trece hembras, aparte de aquellos otros a los que no se les pone, sumando entre ambos un número muy considerable. Por estas fechas aparece otro matrimonio en el que la esposa tiene el apellido: el de Ruy González y Leonor de Tavira, cuyo primer hijo es bautizado el 24-02-1557.

Uno de los descendientes de Antón de Tavira y Melchora Ruiz es Andrés Vicente Ibáñez Tavira, quien –nacido el 30-11-1714- contrae matrimonio con Águeda Almazán Muñoz en Albadalejo, velándose en Iznatoraf el 20-11-1736. El primero de sus hijos inscrito es Antonio Jerónimo, que nace el 30-09-1737, y es bautizado pocos días después, el cinco del mes siguiente.

Considerando a Antonio Jerónimo como la séptima generación, los datos de los libros parroquiales de Iznatoraf permiten establecer las anteriores del modo siguiente:

  • 6.00.- Andrés Vicente Ibáñez Tavira y Águeda Almazán Muñoz. Ella es natural de Beas de Segura.
  • 5.00.- Andrés Vicente Ibáñez Tavira es hijo de Antonio Ibáñez Tavira e Isabel Manjón, casados el 10-02-1668.
  • 4.01.- Antonio Ibáñez Tavira es hijo de Fernando Ibáñez y María Fernández, casados el 22-10-1668.
  • 4.02.- Isabel Manjón es hija de Juan López Escobar e Isabel Manjón, casados el 13-11-1651.
  • 3.01.- Fernando Ibáñez es hijo de Antón Tavira y Catalina García, casados el 08-05-1639.
  • 3.02.- María Fernández es hija de Juan Agudo y Mayor Alonso González, casados el 18-01-1643.
  • 3.03.- Juan López Escobar es hijo de Alonso López y María González, casados el 29-06-1613.
  • 3.04.- Isabel Manjón es hija de Pedro Manjón y Marina Pérez, casados el 11-05-1620.
  • 2.01.- Antón de Tavira es hijo de Hernando Ibáñez Tavira y Catalina Alonso, casados el 06-08-1606.
  • 2.02.- Catalina García es hija de Diego López y Juana Martínez, casados el 09-06-1603.
  • 2.03.- Juan Agudo es hijo de Alonso García Álvarez y María Fernández, casados el 25-08-1608.
  • 2.04.- Mayor Alonso González es hija de Cristóbal de Segura y Catalina Álvarez, casados el 03-10-1611.
  • 2.05.- Alonso López, natural y vecino de Villacarrillo, es hijo de Alonso López e Isabel de Moya.
  • 2.06.- María González es hija de Pedro Clemente y María Gorda. No hay datos anteriores.
  • 2.07.- Pedro Manjón es hijo de Juan Manjón y María del Villar. No hay datos anteriores.
  • 2.08.- Marina Pérez es hija de Juan Román Grajeda y María González. No hay datos anteriores.
  • 1.01.- Hernando Ibáñez Tavira es hijo de Antón de Tavira y Melchora Ruiz. No hay datos anteriores.
  • 1.02.- Catalina Alonso es hija de Alonso de Montoro e Inés López. No hay datos anteriores.
  • 1.03.- Diego López es hijo de Pascual López y Catalina García. No hay datos anteriores.
  • 1.04.- Juana Martínez es hija de Antón López y Ana González. No hay datos anteriores.
  • 1.05.- Alonso García Álvarez es hijo de Alonso García y Francisca de Pareja. No hay datos anteriores.
  • 1.06.- María Fernández es hija de Juan Agudo y Leonor Pérez. No hay datos anteriores.
  • 1.07.- Cristóbal de Segura es hijo de Luis Pérez de Segura y Catalina Alonso. No hay datos anteriores.
  • 1.08.- Catalina Álvarez es hija de Juan López e Isabel de Escobar. No hay datos anteriores.
  • 1.09.- Alonso López. De Villacarrillo. No hay datos anteriores.
  • 1.10.- Isabel Moya. De Villacarrillo. No hay datos anteriores.
  • 1.11.- Pedro Clemente es hijo de Luis López Clemente y María González. No hay datos anteriores.
  • 1.12.- María Gorda. No hay datos.
  • 1.13.- Juan Manjón. No hay datos.
  • 1.14.- María del Villar. No hay datos.
  • 1.15.- Juan Román Grajeda. No hay datos.
  • 1.16.- María González. No hay datos.

Esta ausencia de datos obedece a que nos situamos en fechas anteriores a 1601, que es cuando comienzan los libros de matrimonio.

¿De qué familia procede Antonio Jerónimo Tavira? Por parte de su madre, ésta es prima hermana de un Comisario del Santo Oficio y prima de un familiar de la Inquisición. La familia de su padre ha sido siempre muy querida y “son tenidos por cristianos viejos limpios de toda mala raza e infección de judío”, y viven “con el mayor lustre y estimación del producto de sus haciendas y rentas”. Su padre ha sido frecuentemente Alcalde de su pueblo y hombre muy instruido que ha enseñado a su hijo los primeros conocimientos de griego, historia y latín.

¿Hasta cuándo vive en Iznatoraf? Podría aventurarse que, al menos, hasta 1741, año en que nace su hermana María Josefa (20 de julio). La siguiente referencia que se hace a su familia en los libros parroquiales es el matrimonio que su hermano Rodrigo contrae con Ana María Tavira el día nueve de junio de mil setecientos setenta y dos; matrimonio que es velado dos días después. Uno de los hijos de este matrimonio –Juan- acompañará a Antonio Jerónimo cuando éste vaya a incorporarse a su Diócesis de Canarias.

Continúa la formación de Antonio Jerónimo, y su padre “observa en silencio la singular aplicación de su hijo, que a la edad de doce años había reconocido todos sus libros, daba razón exacta de su contenido, le molestaba incesantemente con preguntas a que él no podía satisfacer, y si encontraba algún escrito en idioma extraño, no descansaba hasta alcanzar la llave de su inteligencia”. Así se va forjando esa gran preparación intelectual que llegaría a poseer.

Pero simultánea es su formación moral y religiosa. Saugnieux dice que este joven es virtuoso y piadoso. Su hermano Pedro Fernando, en las noticias que da de Antonio, una vez fallecido éste, refiere el proceso seguido cuando el futuro obispo solicitó el hábito de Santiago. Se nombró como informante para las pruebas a don Fernando Antonio Garralón y Robles, canónigo, “sujeto de virtud y probidad”. Haciendo un inciso diré que Saugnieux da el nombre de Antonio a este personaje y como primer apellido el de Garrabón. Declaran veinticuatro testigos “elogiando sobremanera la aplicación, vida y costumbres del pretendiente”. Pero el informante quería profundizar más en el conocimiento de la persona para que su informe tuviese todas las garantías, y, como consecuencia, pide a don Juan Rodríguez Dávila, párroco de Albadalejo, que declare lo que conozca del solicitante. Éste, el 14-10-1761, entre otras cosas, decía que “conoce nueve años hace a dicho pretendiente y que le ha tratado con bastante frecuencia, llevado de sus muchas y loables prendas y cristianas costumbres, pues... siempre ha observado en él una abstracción y retiro en su casa, una aplicación infatigable en el estudio, una asistencia continua a la iglesia y oficios divinos, una continuada frecuencia de sacramentos, una moderación con que a todo el pueblo tiene edificado, y... generalmente todos se hacen lengua al ver en tan pocos años un conjunto de tantas y tan loables costumbres”.

Con estos antecedentes no extraña la decisión que toma de ingresar en el Seminario, y lo hace en el de San Fulgencio, de Murcia, en 1752. ¿Cuánto tiempo permanece en él? Saugnieux defiende que estuvo desde 1752 hasta 1760, es decir, ocho años. Se basa, para hacer esta afirmación, en un documento de Archivo de la Catedral de Las Palmas. Sin embargo, en un currículum existente en el Archivo de la Universidad de Salamanca se puede leer: “de los quales siete [años] estuvo en el Colegio de San Fulgencio de la Ciudad de Murcia”. Hasta 1761 quedarían dos años que, según el mismo documento, “consta asimismo haver entrado en dicho año de mil setecientos cinquenta y nueve en el Real Colegio de la Anunciata... En el mismo año fue Vice-Rector de aquel Colegio”.

En 1761, y dado que “a estudiado dha facultad en el Colegio de San Fulgencio en la ciud de Murcia”, se presenta en la Universidad de Baeza a las pruebas para la obtención del grado de Bachiller en Artes y Filosofía. Así, el 03-09-1761 es examinado por el Tribunal que componen el Dr. D. Francisco Nuevo, Examinador Mayor y Presidente, y los Maestros D. Manuel de Corpas y don Francisco Felipe de Gámiz y obtiene el aprobado, siendo testigos del acto el Maestro don Juan Francisco Lorite, don Gil de Lanzas y don Pedro Jimena, presbíteros.

Sólo una semana ha transcurrido cuando se presenta a otro examen, esta vez para el título de Bachiller en Teología. Durante todo un día, y en un acto público de la Universidad, defendió su trabajo ante el Tribunal que componían el Presidente Dr. D. Francisco Nuevo, los Doctores D. Joaquín José de Peñalver y D. Bernardo María de Benavides y Manrique y los Maestros D. Gil de Lanzas, D. Pedro de Jimena, D. Manuel de Corpas y D. Juan José Rodríguez, quienes le arguyeron y objetaron. Llegado el momento de la calificación el sustentante hubo de abandonar el local para la deliberación del Tribunal que, tras el recuento de los votos secretos, había decidido su admisión “nemine discrepante”. Terminado este acto nuevamente volvió al Teatro D. Antonio Tavira donde recibió el Grado de Bachiller en Teología, exponiendo a continuación un texto de la Sagrada Escritura en señal de posesión del Grado. Fueron testigos de todo ello D. Pedro de Jimena, D. Francisco Martínez de Tejada y D. Francisco de Gámiz.

Joël Saugnieux reproduce gran parte de los textos de Grado de Bachiller en Artes y Filosofía, de la Tentativa Magna y del Grado de Bachiller en Teología de don Antonio Tavira. Están en los folios 415, 415v y 416 de un Libro de Actos y Grados de la Universidad de Baeza, que comprende desde 1728 a 1764. Dice que debe dichos textos a la cortesía de don José Luis Marín Rodríguez. Aparte de no reproducirlos íntegramente, entrecomilla sus citas con lo que les da el carácter de textuales. Pero incurre en varios errores –que pueden imputarse a él o a la copia que le hace el Sr. Martín-, tales como:

  • No los reproduce en su totalidad, a pesar de escribir que lo hace “tels qu’ ils sont reproduits dans le Libro de actos y grados de L’Université de Baeza”, con lo que elimina datos interesantes, como pueden ser la composición de los tribunales, testigos, etc.
  • Suprime varias veces la conjunción “y”.
  • Dice que es “natural de Iznatorafe” cuando en el original se lee “natural de la Villa de Yznatorafe”.
  • Pone “sub-presidente” donde dice “su Presidente”.
  • Hace varias contracciones que en el original no existen y las que hay no las recoge.

Ya admitido en la Orden de Santiago su gran pasión va a continuar siendo la dedicación al estudio. De tal manera que su hermano dice que aprovecha “para leer hasta los instantes que mediaban libres entre las ocupaciones propias del noviciado” y añade que “lleva siempre un libro o libros entre su ropa como unico objeto de diversion”. Su afán de saber se amplía al campo de las lenguas, de manera que, aparte del griego, latín y francés, se dedica al aprendizaje de otras como el hebreo, árabe, siríaco y caldeo.

Acabado el noviciado, gracias a una beca que obtiene mediante oposición del Consejo de Órdenes, se traslada a Salamanca e ingresa en el Colegio Militar del Rey a comienzo de 1763 para dedicarse allí a preparar sus pruebas para los grados de Licenciatura y Doctorado. Como consecuencia de ello el 26 de mayo de 1764, a las diez de la mañana, “se juntaron a Claustro de Canzo en las casas donde vive el Sor Dr D. Anto Pelegrin Venero, cancelario, para la presentacion de Lizdo en Tha del dho Dn Antonio Geronimo Tavira, presentes su Sria y Sres R.P.M. Fr Manl Calderón, Padrino, ... [siguen dieciséis nombres] ... Mos en Tha y Catedraticos de dha facultad, y de artes y juntos se leyo la cedula” de citación del día anterior que convocaba al citado Claustro al objeto de designar día. Tras esta lectura entra en la sala el pretendiente, quien pide a su padrino que lo presente al Cancelario para la obtención del Grado de Licenciado, presentación que se admite, tras lo cual Antonio Tavira abandona el lugar. A continuación el Vicesecretario, Diego García de Paredes, pide el nombramiento de “Comisario de informaciones de moribus”, que recae en Miguel de Ordeñana, quien “salio de la Sala e hizo las dhas informaciones, y buelto a la Sala Yo el Vice So hize relacion de dhas informaciones por las qe constaba qe el pretendiente era virtuoso honesto, y recogido de buena vida, fama, y costumbres... y asimismo se hizo relacion de las de Genere por las que constaba qe el dho Dn Anto Geronimo Tavira y Almazan era hijo legitimo de Legitimo Matrimonio de Dn Andres Vicente Tavira y Manjon natural de Yzna Torafe, y de Da Agueda Maria Almazan Ibañez natural de la Villa de Beas... Nieto paterno de Dn Antonio Tavira y de Da Isabel Manjon, naturales de Yzna torafe. Nieto Materno de Dn Pedro Almazan y Da Quiteria Ibañez, naturales de la Villa de Beas... limpios de toda raza de Moros, judios, ni de los nuebamte convertidos a nra. Sta fee Catolica”.

El siguiente paso será que el Cancelario señala el día tres de junio siguiente para “tomar puntos”, es decir, asignar los temas a desarrollar por D. Antonio Tavira.

Había que dar conocimiento de la reunión y el mismo día, “a lecciones de Visperas” se hizo público lo acordado.

Efectivamente, el tres de junio, a las cinco menos cuarto de la mañana, “acabada la Missa del Spiritu Sto que se acostumbra decir en la Capilla de Sta Barbara de la Sta Iglesia catedral de esta ciud se juntaron a la puerta de dha Capilla a asignar puntos para Lizdo en Theologia a dho. Dn Antonio Tavira, presentes los Sres Dr Dn Jph Julian Arredondo Carmona (Canonigo Doctoral de la Sta Yglesia Cathedral de esta ciud del Gremio y Claustro de esta Univd y su Cathco de Visperas de Leyes) Vice-chanzelario por nombramiento y ausencia del Sor Dn Antonio Pelegrin y Benero Chanzelario y RR.PP. Mros. Fr Francisco Perez y Jph Segura Cathcos de regencia de Artes (quienes estan supliendo en esta Capilla, por allarse ausentes de esta ciud los RR.PP. Mros fr Phelipe Velasco y fr Pedro Madariaga...) y juntos el dho Sor vice-Chanzrio recibio juramto de dhos Sres de que no tenian comunicados los puntos con el graduando Directe ni indirecte”. Tras esta ceremonia, el pretendiente eligió uno de los tres piques (temas) que le proponía el P. Perez y otro de los tres del P. Segura, sacados de la obra Libri quatuor sententiarum del Maestro de las Sentencias, el italiano Pedro Lombardo.

Al día siguiente, cuatro, a las siete de la noche “poco mas o menos” en la Capilla de Santa Bárbara se constituye el Tribunal Examinador –Vicecancelario y veinticuatro miembros más- en presencia del Padrino, en cuyo momento “Dn Antonio Tavira leyo las dos lecciones que el dia antes en puntos le fueron asignadas”, tras lo cual se salieron seis de los examinadores “por indisposicion”, y los restantes juraron “que no tenian comunicados los argumtos con el graduando o examinando, y le arguyeron y preguntaron rigurossisimamte. Posteriormente juraron ser objetivos y justos en la valoración de la prueba mediante el voto secreto que emitirían. Abierta la “urna dorada” en que se habían depositado tales votos, y hecho el recuento, el resultado fue de diecinueve A (aprobado) y ninguna R (reprobado), por lo que se produjo unanimidad. Seguidamente se acabó el acto “siendo testigos los unos de los otros, y los otros de los unos”. Aquí se da un error en Saugnieux, dado que en la copia que hace de parte del documento en que me apoyo sólo indica diez Aes, frente a las diecinueve que figuran.

Al día siguiente, cinco, “a las onze de la mañana poco mas o menos” nueva reunión a la puerta de la ya citada Capilla para el acto final del proceso, que era conferir el Grado de Licenciado en Teología a Don Antonio Tavira Almazán. Estaban presentes el Vicecancelario, el Padrino y los miembros del Tribunal, ante quienes compareció el pretendiente, quien “estando de pie i descubierto con una horacion en latin ablando con el Sor Vice Canzrio le suplico que si la noche antes en su examen hubiese merecido ser aprobado por los Sres examinadores que en el se hallaron le diese y concediese el grado de Lizdo en Theologia por esta Univd” y el tal Vicecancelario “publico como el dho Dn Antonio tavira la noche antes habia sido examinado rigurossisimamete para Lizdo en Theologia por esta Univd y aprobado Nemine discrepante”, por lo que “usando de la Autoridad Appca y Real... daba y dio concedia y concedio el Grado de Lizdo en Theologia a dho Dn Antonio Tavira”. Todo ello tuvo lugar ante los testigos don Francisco Ruano, don Jerónimo Pérez y don Francisco Barba, Maestro de Ceremonias, de lo que da fe Diego García Paredes.

Igual que ocurriera cuando se graduó de Bachiller, no deja pasar mucho tiempo antes de someterse a una nueva prueba, esta vez la de Doctorado, pues el seis de diciembre del mismo año fue propuesto para este Grado, junto a los Licenciados Fr. Gabriel Sánchez y Fr. Cayetano Failde, en reunión de Claustro de Cancelario en el que se les admitió y se señaló el día veintiuno del mismo mes, a las diez de la mañana, para las pruebas. Efectivamente, a esa hora “habiendo precedido el paseo que salio de la Capilla del Hospital del Estudio de esta Universd... se juntaron en el Teatro Publico a la Nave del Evangelio de la Sta Ygla Catedral en los estrados altos segun i como se ha acostumbrado siempre en los grados de DD. con pompa en todas las facultades” para conferir los grados de Doctores en Teología, estando presentes los señores Dr. D. Marcelino de Parada, Vicecandelario, D. Miguel del Castillo y Barrio, Maestro Fray Manuel Calderón, Padrino de D. Antonio Tavira, los padrinos de los otros doctorandos, treinta teólogos, veinte juristas, ocho médicos, seis artistas –cuya relación no incluyo por larga-, todos con sus insignias doctorales y magistrales, que habían sido convocados mediante citación que D. Jerónimo Pérez del Barco hizo el día anterior, advirtiéndoles que llevasen ropa talar, y que el que faltase sin causa justificada “perdera la propina que por razon de dhos Grados le corresponda”.

Se colocaron los tres graduandos en el lugar reservado a ellos, “en el sitio que se acostumbra, que es en el tabladillo que se hace en medio del theatro” y expusieron “y fundaron sus conclusiones en la facultad de theologia a las qe les arguyo el Sr Ror... y arengaron un religioso Benedictino, un Colegl del Militar del Rey, i un religioso del Colegio de Sn Cayetano”. Por turno respondieron a los argumentos que se les oponían y se dio por finalizada la prueba, tras lo cual cada uno suplicó al vicecancelario le diese el Grado de Doctor en Teología, y puestos de rodillas ante él éste les dijo que “usando de la Autoridad Appca y Rl qe en tal parte tenia i podia, les daba y dio concedia y concedio a los tres el Grado de Dr en Tha por esta Univd para que puedan gozar y gozen los honores Pribilegios esenciones y preheminencias que como a tales les corresponde, conforme a las Constituciones, y Estatutos de esta Univd, leyes y pracmaticas de estos Reinos, y cometio a sus Padrinos el darles las insignias”, en cuyo cumplimiento el Rvdo. Calderón, padrino de Tavira, llamó a éste “i le puso en sus manos un libro, en un dedo un anillo, en la caveza un bonete con borla de seda blanca, le dio el osculum pacis, i le sento en el asiento de Padrino, declarandole la significacion de cada cosa”.

Los padrinos “llevaron a sus tres aijados a los abrazos por toda la Univd, i los dejaron en los asientos de su antiguedad” volviendo ellos a los suyos, tras lo cual los tres nuevos doctores hicieron los juramentos de costumbre, profesión de fe y defensa de la Purísima Concepción de la Virgen. Luego “se tiraron al pueblo por SSres Comisarios de guantes doce docenas de panes” acabándose el acto del que fueron testigos muchas personas particularmente D. Francisco Ruano, D. Jerónimo Pérez del Barco y el Maestro de Ceremonias D. Francisco Barba.

Formada la Universidad volvió al lugar del que había partido.

“Assistieron a la funcion las Chirimias de la Univd y atabales y trompetas de ella”, de todo lo cual dio fe el Vicecancelario Diego García de Paredes.

Así completa este ilustre torafeño sus estudios que podemos llamar oficiales, a la temprana edad de veintisiete años, pero él no dejará de estudiar a lo largo de toda su vida. Uclés y Salamanca le van a proporcionar la ocasión de ponerse en contacto con sus bibliotecas, que explora y examina. Es un asiduo lector. Pero no podemos pensar que se detiene en lo que puede encontrar en ellas y en otras a las que tiene acceso. Siente auténtica adoración por los libros, cuya adquisición le va a traer no pocos problemas económicos, añadidos a los que tuvo como consecuencia, principalmente, de su pródiga mano a la hora de atender a los necesitados.

Se debe a D. José Antonio Infantes Florido un documentado estudio del más preciado tesoro que poseyó Tavira: su biblioteca. Toma como base el inventario de sus bienes, hecho a la hora de ocupar la sede canaria. Resulta realmente sorprendente que en esa fecha posea una biblioteca de alrededor de mil títulos que suman una cantidad en torno a los tres mil volúmenes, comprensivos de las más diversas materias. Una idea de la parte proporcional que alcanza la biblioteca entre las posesiones del Obispo –por cierto, bastante modestas en el resto- la da el hecho de que de los ciento cuarenta folios en que se detallan sus bienes sólo veinticinco se dediquen a reseñar las alhajas, ropas, ornamentos, activo y pasivo y el resto lo ocupe la catalogación de sus libros. Dice Infantes Florido que “dicha relación sólo se refiere a los libros hasta entonces adquiridos. Lo que no supone que se cerrara aquí la biblioteca, pues la pasión de saber convierte a Tavira en perpetuo cliente de libreros”.

Tavira ama sus libros. Por ello le produce un gran disgusto conocer que, tras la travesía hacia Canarias, algunos se han mojado y estropeado.

Se puede concluir, a la vista de los hechos, que la dedicación de Tavira al estudio no es algo que pierda intensidad cuando acaba su formación académica, sino que se convierte en una constante en su vida.


BIBLIOGRAFÍA

  • Cazorla León, Santiago y Sánchez Rodríguez, Julio: Obispos de Canarias.
  • Fernández Vaz, Aderito: Toponimia tavirense na Península Ibérica no contexto europeo e outros continentes.
  • Infantes Florido, José Antonio: Crisis religiosa e ilustración.
  • Infantes Florido, José Antonio: Diario de Tavira.
  • Infantes Florido, José Antonio: Tavira, ¿una alternativa de Iglesia?
  • Infantes Florido, José Antonio: Un Seminario de su Sgilo: entre la Inquisición y las Luces.
  • Saugnieux, Joel: La Ilustración Cristiana Española.
  • Saugnieux, Joel: Un Prelat Eclairé.

 

  • Archivo de la Universidad de Salamanca – Varios.
  • Libro de Actos y Grados. Fondos de la Universidad de Baeza. Instituto.
  • Libros de Bautismos. Archivo Parroquial de Iznatoraf.
  • Libros de Desposorios. Archivo Parroquial de Iznatoraf.
  • IV Jornadas de Estudios Histórico-Artísticos sobre Las Cuatro Villas.

 

Texto: D. Antonio Tavira y Almazán, Pedro Martínez Magaña,
en "XI Jornadas de Estudios sobre Las Cuatro Villas
Villanueva del Arzobispo, 24 al 26 de enero de 2003"
Imagen: retrato del Obispo Tavira conservado en la Sala de Lectura
del Archivo Diocesano de Salamanca. Catedral Vieja.
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