OTRAS FESTIVIDADES
Según el fuero otorgado a la villa de Iznatoraf por
el rey Fernando III, se fijó como “día
de mercado” el martes y se establecieron 17 en los que
lo comercial y lo lúdico andaban parejos en Iznatoraf:
buhoneros, sastres, traperos, caldereros, herreros, orfebres,
esparteros, arrieros, taberneros… mil y un oficios y
trajinantes que inundan la población con un continuo
voceo. Trueque de paños y aceite, mientras a las inexcusables
celebraciones religiosas se le suman populares corridas de
toros, cintas y cañas en la Plaza y en la Corredera
(hoy la Carrera), que recibe su nombre por ser precisamente
el lugar donde se celebraban este tipo de actos públicos.
Esta secular feria ha desembocado hoy en las tradicionales
Ferias y Fiestas que Iznatoraf celebra anualmente en honor
a sus patrones, la Virgen de la Fuensanta y el Santísimo
Cristo de la Vera-Cruz, del 2 al 7 de septiembre. En ellas,
las ganas de sana diversión de los torafeños,
unidas a la enorme afluencia de foráneos, crean un
ambiente magnífico, donde destacan, con diferencia,
las noches de verbena y los típicos encierros de vaquillas
(igualmente nocturnos) que, a modo de sanfermines, se corren
por las calles y la plaza principal de la población.
Estos festejos tienen su preludio en el último día
de agosto, cuando es trasladada la santa imagen del Cristo
de la Veracruz desde la ermita hasta la iglesia parroquial.
Las fiestas comienzan con la quema de fuegos artificiales
la noche del día 2, previo concierto de la Agrupación
Musical torafeña, cuya existencia se remonta varios
siglos atrás. La jornada siguiente, día 3, gira
en torno al culto y honra del patrón, finalizando los
actos con el regreso en procesión con la imagen del
Cristo desde la parroquia a su ermita.
El 7 de septiembre es un día especial para todos
los torafeños y para todos los habitantes de la Comarca
de Las Villas, pues se celebra una multitudinaria romería
en honor de la Virgen en la explanada del Santuario de la
Fuensanta con un gran ambiente de casetas y chiringuitos,
actuaciones en la verbena y fuegos artificiales. Todo ello
es el preludio del gran momento: la procesión de la
imagen de Nuestra Señora de la Fuensanta, Patrona de
Las Cuatro Villas y Señora del Olivar, que se celebra
la mañana siguiente. Es un verdadero gozo para los
sentidos.
Estas fiestas son muy conocidas y esperadas en toda la
comarca, sobre todo por la suelta de vaquillas por las calles
del pueblo durante la noche, en lo que se ha convertido ya en uno de
los grandes acontecimientos lúdicos de la provincia
de Jaén. Cientos de jóvenes, y no tan jóvenes,
“mocicos y mocicas” corretean las calles del
pueblo delante de los astados mostrando su valor y habilidad
ante los gritos de ánimo, y también de miedo, de
vecinos y foráneos que se agolpan en balcones, rejas
y en las barreras de palos instaladas por las calles para
el evento, para disfrutar de un espectáculo de color,
de emociones, de valor y también de riesgo, difícil
de repetir hasta otro año que se vuelva de nuevo
a la feria de Iznatoraf.
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Vecinos de la calle Convento alrededor de una hoguera
en el día de Sta. Lucía |
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