PRESENTACIÓN
Querido viajero:
De vuelta por tierras de la antigua Al-Andalus siento la
necesidad de escribir mis sensaciones tras conocer uno de
los pueblos más hermosos de la provincia de Jaén.
Una tierra donde el descanso se remansa en sosiego, donde
sólo con la imaginación puede uno poner música
al silencio. Un lugar que no ha sido elegido para conformar
las rutas habituales de turismo por esta provincia pero que
merece, por méritos propios, un hueco en la agenda
de cualquier viajero que disfrute entre calles estrechas y
plazas recoletas de viejos barrios con acento árabe,
judío y cristiano, con aromas de geranio, de clavel,
de jazmín…, lugar lleno de un encanto casi místico.
En Iznatoraf, nombre que ya es sinónimo de antigüedad,
se conjugan en sabia perfección un amplio legado árabe
con un rico patrimonio monumental renacentista e interesantes
muestras del gótico, el barroco y el modernismo. En
la intimidad laberíntica de sus calles, en la blancura
de sus casas, en la piedra de sus murallas o en sus torreones
se puede oler aún buena parte de ese pasado que lleva
cosido en sus entrañas. El pasado de un pueblo erguido
en las alturas, otrora inexpugnable, que casi toca las nubes
para reivindicar un sitio entre los inmortales pero que también
desciende para llegar hasta lo más virgen y espectacular
del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, la sierra
de Las Villas.
Podría contarte muchas más cosas de mi viaje
a esta tierra y rescatar contigo momentos guardados celosamente
en sus viejas murallas, levantadas por todas las culturas
que la han habitado. Pero prefiero que seas tú quien
lo descubra con la ayuda de estas notas que recogí
durante mi estancia y que facilitarán tu visita.
Como despedida te quiero transmitir la hospitalidad de sus
gentes y su invitación para que disfrutes de esta maravilla
que te describo.
Un abrazo, amigo, y buen viaje.
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Escudo en una puerta de la localidad |

Calle Rincón |
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